30.12.16

El baúl de los olvidos.

De la misma manera que existe ese para los recuerdos hay otro para el olvido.
Por qué tener un tipo de mueble así?
Si son los olvidos es algo que no nos interesa conservar
Estamos apresurados en que desaparezcan.
Y qué podemos guardar ahí?
Tal vez, esos pensamientos o acciones que nos incomodan.
Que nos gustaría borrar para siempre, abandonándolo a que desaparezcan de nosotros.
Algún mal momento donde el discutir se impone.
Hacer que lo contradictorio sea el resultado del momento en cuestión.
Quizá un pensamiento, nada agradable, que navegue por el recuerdo.
Una acción incomoda que hace renacer una y otra vez al malestar.
Algo triste que aparece como una constante, siempre.
O una noticia que llega con suficiente fuerza para que parezca real.
Gritos que retumban para acabar con la tranquilidad del lugar.
Incluso una música fuera de su tiempo y que nos enoja.
El error que pone en evidencia nuestra inteligencia.
Una agresión que fue vivida por nosotros.
El llanto de una persona mayor que cimbra a la emoción.
Una llamada inesperada reportando alguna desgracia irreparable.
A la suerte que se presenta para decirnos adiós.
El instante feo que se torna recurrente.
El dolor que aprieta burlándose del equilibrio que demostramos.
Cuando desaparece un objeto querido y que ya no volveremos a ver.
El engaño que hace tanto daño que ya lo deseas desaparecer.
Pero, se mantiene en la memoria eternamente.
Los amigos que en verdad no lo son pero nos lo hacen ver.
La vida pasada y falta de acontecimientos.
Y el futuro que no llega, porque se confunde con el ayer que necesitamos olvidar.
Siempre son muchos los aspectos que tenemos que guardar en ese baúl de los olvidos.
Es mejor dejarlo dentro de ese espacio y que se añejen en su tiempo.
No deseamos que se acumulen y en su momento quieran salirse.

El baúl deberá tener doble llave para que ningún olvido quiera escaparse.

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